jueves, 21 de julio de 2011

Star Trek – Assigment Earth

Uno de mis episodios favoritos de Star Trek - The Original Series

Gary Seven es el nombre clave del Supervisor 194, terrícola educado en otro planeta (desconocido hasta hoy) por una civilización más avanzada. La misión de los agentes preparados por esta civilización es prevenir que la tierra se destruya a si misma, dado que el avance tecnológico parece ser más rápido que la capacidad de controlarlo. Entre los deberes de los agentes se cuenta, por ejemplo, el sabotear cohetes nucleares.

Roberta Lincon - de conducta impredecible pero alto nivel intelectual -, contratada por los desaparecidos agentes 201 y 437, de repente se encuentra trabajando para Mr. Seven. Al comienzo, Miss Lincon piensa que él es un agente especial de la CIA, pero al final del episodio descubre la misión de Mr. Seven, y de paso conoce a nuestros amigos del Enterprise (y a Isis)

Finalmente, es Spock quien nos adelanta algo del futuro de esta dupla: “Digamos que a Mr. Seven y a Miss Lincon les esperan aventuras muy interesantes”. Y así es, pues IDW Publishing sacó en 2008 la saga de 5 números del comic Star Trek Assigmenth Earth, donde se narran algunas de estas aventuras. Además, según vi por ahí, en algunos libros de Star Trek participan Gary Seven y Roberta, pero yo no los he leído (así que no son los de Grijalbo). Ah! La idea original era hacer una serie con esta trama, pero no sucedió…lástima.










Sobre la sociedad, Parte 3


Quien ha visto o leído mucha ciencia ficción, sabe que es recurrente la idea de las civilizaciones ultra-evolucionadas, donde la maldad, las enfermedades, incluso la existencia física son parte del pasado. Pero en una sociedad menos avanzada, como la nuestra, hay que buscar la forma de vivir mejor. Entonces, la pregunta que tiranos, legisladores, deidades, Aslan, políticos y similares se habrán hecho alguna vez es: ¿Cómo erradicar la delincuencia? La tripulación de la Enterprise en The Next Generation descubrió el secreto en la pacífica civilización de Rubicun Tres (TNG S1E08, Justice).

La idea está basada en la psicología conductista (o tercera ley de Newton): una conducta tiene una consecuencia, toda acción una reacción. Por lo tanto, debe existir una entidad que supervise el cumplimiento de las leyes, y que en caso de infracciones, aplique un castigo. Las desventajas de este método son explorables por simple sentido común. En primer lugar, no existe la suficiente presencia de autoridades para cubrir todo el dominio espacial y temporal; y por otra parte, los castigos no implican necesariamente (y en muchos casos) que la conducta no se repita.

En la sociedad de Rubicun Tres, ninguna persona sabe si está siendo o no vigilado. La policía cubre un área de la ciudad por vez, en forma secreta y – acá viene lo interesante – aleatoria. Por lo tanto, no es posible saber si estás en zona vigilada o no. En segundo lugar, toda infracción es penalizada con la muerte. Así, cuando el joven Wesley Crusher accidentalmente atraviesa por una zona de “no pisar el césped”, llega la policía – esa zona estaba bajo vigilancia – y lo condena a muerte.

“Nadie sabe cuál es la zona de castigo, y nadie se arriesga a morir”

Obviamente el niño maravilla no muere y no les contaré como se salva, en primer lugar porque no me acuerdo, y para que así vean ustedes también el capítulo.

Sobre la sociedad, Parte 2

Otras sociedades de Star Trek TOS

De la vieja serie, cabe destacar el caso del plantea Gideon (The mark of Gideon, Season 3) y el de Eminiar VII (A taste of armageddon, Season 1), ya comentados brevemente en post anteriores.

“La gente muere, la cultura avanza”. 500 años de guerra han pasado ya entre Eminiar VII y la que era su colonia, Vendikar. ¿Cómo hace una civilización avanzada para subsistir durante tanto tiempo en guerra? Eminiar VII y Vendikar encontraron la solución: la guerra por ordenadores. Ataques y contraataques matemáticamente calculados y físicamente fundamentados, pero sin armas reales. Basta con saber dónde cayó el ataque y quien resultó muerto. Las personas “declaradas” muertas tienen 24 horas para presentarse en la cámara de desintegración. Al igual que el capitán Kirk nos preguntamos cómo es que los habitantes del planeta aceptan ir voluntariamente a una cámara desintegración, ¿es que no valoran sus vidas? ¿o están LOCOS? No, no es nada eso. Simplemente hay algo que valoran más que su vida: su civilización. “Si me niego a presentarme y los demás también, entonces Vendikar nos atacaría con armas de verdad. Tendríamos que hacer lo mismo para defendernos. Moriría algo más que gente. Se destruiría toda una civilización”

Gideon, un mundo paradisíaco. O al menos lo era.

“La atmósfera de Gideon nunca ha tenido gérmenes y la gente crecía sana y saludable. Con el tiempo, hasta la esperanza de vida aumentó. La muerte se convirtió en algo desconocido para nosotros…” El sueño americano, al parecer. O mejor aun, el sueño élfico. Sin enfermedades, sin muerte, la gente de Gideon no descubrió la piedra filosofal, pero si evolucionó – por puro amor a la vida - para autoregenerarse y así nunca morir.

Cualquier modelo poblacional diría que acá hay un problema. Sin muerte natural, sin predadores ni catástrofes naturales, la población debería tender a infinito, por ende, también la densidad poblacional. “Ahora Gideon está cubierto por una masa de gente, que no encuentra descanso, ni paz, ni alegría”. Para peor, la esterilización no funciona porque todos los órganos se regeneran, y ni hablar de métodos anticonceptivos, que la gente de Gideon “siempre ha creído que la vida es sagrada”.

Así que mejor pensarlo bien antes de seguir higienizándolo todo y perfeccionando la medicina…o al menos antes de tener otro planeta que echar a perder, quise decir, colonizar.

Sobre la sociedad o “Vida y otras cuestiones” (Silvio)


Venía pensando en la micro – lugar inspirador – sobre la sociedad… o mejor dicho, las sociedades. Específicamente las futuristas, donde los escritores de libros y guiones han puesto no sólo de su imaginación, sino quizá algo de sus propios anhelos. Así fue como nació la idea de escribir un artículo sobre algunos mundos de ciencia ficción que me han llamado la atención (¡salió verso!).

La Unidad

“Han arribado a un mundo sin odio, sin miedo, sin conflicto. No hay guerra, no hay violencia, no hay enfermedades, no hay crimen. Ninguno de los demonios de la antigüedad”. Así habla Landru, la entidad superior de Beta III, un mundo donde todos forman parte del “Cuerpo”, donde no hay individualidad ya que cada hombre, mujer y niño es manejado por un sólo ser que todo lo controla. (The Return of the Archons, Star Trek TOS, Season 1)

Esta idea de la Unidad es recurrente es las sociedades futuristas. Desde los pacíficos habitantes
de Beta III, hasta los conquistadores Borg en The Next Generation. Si no eres parte de la Unidad, debes ser asimilado. Y si no quieres, eres un virus y debes morir. No se si la inspiración será bíblica o fisiológica, pero tiene todo el sentido del mundo. Si todos somos parte de algo más grande, no hay discordias ni malos entendidos, no hay ambiciones personales, todos buscan el bien común. Por supuesto, también se pierde la maravilla de la individualidad, la creatividad, el amor, la expresión, blablabla.

Lo distinto de la sociedad de Beta III es que es medio de su rutina tienen un momento de…relax. Lo llaman el “Festival” y dura 12 horas, de las 6 de la tarde a las 6 de la mañana (no recuerdo con que frecuencia). En ese lapso, los habitantes del planeta son presa de un furor…yo diría, instintivo. Gritan, destruyen, pelean, fornican…en plena calle o donde los pille la hora. Una vez que termina el Festival, siguen con sus vidas, a paso de zombie y sonrisa bobalicona. ¿Qué pasa con Beta III y su catarsis colectiva? No lo sabremos hasta que regresen los Archons… acá les dejo una imagen del Festival y una de los Borg, de llapa.